Me perdí.
En algún momento del camino seguí sin mí y no pude regresar a buscarme, pues me di cuenta tarde.
A saber dónde fui a parar...
Seguí sin mí, porque pese a todo, seguir es posible.
Sin embargo, la otra mañana, cuando me crucé contigo, tus ojos miraron a los míos... y, como un faro, me encontraste.
Te necesitaba para descubrir, que realmente, estaba escondido dentro de mí.
A veces nos buscamos taan lejos... y realmente andamos taaan cerca...
ResponderEliminar