No quería que se fuera septiembre sin dejar por aquí los nuevos acontecimientos en mi vida.
El viaje a Dublín, pese a lo que pasó allí, fue bien. Sin embargo... se nota demasiado que no fueron romanizados. Le falta el encanto y la majestuosidad de las ciudades de Inglaterra. Al menos yo lo vi así. No creo que vuelva por Irlanda.
He comenzado a trabajar de nuevo en un cole, aunque a media jornada. Esto hace que mis días pases rápidos y lentos a la vez. Es una sensación extraña. Es como que no pinto mucho en esta escuela. Aunque a veces pasar desapercibido también se agradece.
Conocí a un chico. A través de internet. Sí, parece que al fin y al cabo, conocer a chicos se limita a la red. Es muy majo. Su apodo será Mike (mientras dure lo que dure la historia). Aún no lo conozco en persona, aunque no por falta de ganas. Hoy me ha dicho que ha estado cortando leña (OH YEAHHH!) en su pueblo y yo, en un impulso incontrolable, le he dicho que eso se merecía una foto. No ha contestado. Él cada vez más distante y yo cada vez más interesado*. La misma historia de siempre parece repetirse.
Resumiendo... Echo tremendamente de menos a mi perro, he conseguido (en cierta medida) trabajo, sigo sin novio y lo único que me acompaña en esta mañana que termina de sábado son las malditas tortitas de maíz del Mercachoni.
*CERDO
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