He vuelto a los fines de semana tranquilos. De esos que, gracias a la desaparición de cualquier vínculo emocional nocivo (véase Chico y demás variantes), se pasan tranquilamente en casa viendo películas y dándome el lujo de comer bizcocho de chocolate.
La peli de hoy trata de una chica que hereda una casa. Para cambiar de vida, decide no venderla e irse a vivir a ella en un pueblo remoto. Eso sí, luego se lía con el pastor del pueblo que está mucho más bueno que la media a la que acostumbran los pastores de pueblo normalmente.
Yo trabajé un año en un pueblo remoto y puedo asegurar que la única coincidencia entre la película y la vida que yo llevé es el frío.Ya se sabe, las películas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario