Soy un chico que le da muchas vueltas a las cosas. Muchas vueltas en demasiadas ocasiones. No creo que sea algo malo si se enfoca en algo constructivo, ya que a veces uno puede perderse en sus propios pensamientos y acabar perdido en vete tú a saber dónde sin saber muy bien el porqué.
Antes de las horroposiciones me encontré con una mujer hermana de una ex-compañera de trabajo. Es una mujer especial pero en el buen sentido, al menos para mí. Cree en el aura de las personas y en todo lo relacionado con la energía positiva. En ese instante me dijo que desprendía energía positiva, que todo me iría bien. Me gustó encontrarme con ella en ese instante, me dio fuerzas para seguir.
Sin embargo, y aunque sé que estoy saliendo (o eso espero) de una etapa complicada, ayer me la crucé por la calle y ni siquiera me saludó. Seguramente no se daría ni cuenta aunque a mi cabecita le ha dado por pensar que, quizá, mi aura haya desaparecido.
Por lo demás, sigo estudiando. He decidido desconectar de todo el mundo redes sociales que tanto me estaba descentrando. Así que espero poder pasar un sábado tranquilo emocionalmente y enriquecedor culturalmente.
Al menos que me quede ese consuelo/recompensa, ¿no?
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